miércoles, 8 de julio de 2009

Mate del Ahogado - Variante




jueves, 12 de febrero de 2009

Ajedrez en Línea


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jueves, 5 de febrero de 2009

La jugada del Mes

El ataque combinado de los caballos, tras el sacrificio de la reina nos da la victoria


viernes, 9 de enero de 2009

Orígenes del Ajedrez


No he encontrado un dato firme que nos diga cuándo o dónde exactamente se originó el actual juego de ajedrez, sin embargo podemos acotar algunos detalles interesantes, como el hecho de que la dama antes de serlo representaba al alférez o consejero principal del rey y existe quien dice que en el siglo xv (1475), surgió la dama en honor a la reina de España, Isabel la Católica, quizá convenga dejar en el velo de los tiempos los orígenes del ajedrez y recordar una de tantas historias como un cuento de hadas, que sin embargo conlleva un interesante tema de reflexión.

Cuenta la leyenda (una de tantas) que un singular rey de la india de nombre Iadava, particularmente hábil en el arte de la guerra, perdió a su querido hijo en una de tantas batallas que se suscitaban por aquel entonces, tanto para defender sus tierras como para expandir su reino. A partir de entonces el único entretenimiento del rey era trazar en una caja hecha de madera y rellena de arena las circunstancias de aquella batalla en la que la vida de su hijo se había perdido. Había quedado prohibido celebrar sus triunfos con fiestas y cantos, su profunda amargura era observada con tristeza por la corte, que no encontraba que hacer para distraer al rey.
Un día se presentó en la corte un brahmán (noble y modesto caballero hindú), el cual pudo entrar a la sala del trono después de insistir algunas veces y de haber explicado a los integrantes de la corte que le interrogaron sobre el porque de su visita.
El brahmán les comentó la preocupación que sentía por el gobernante, pero también por la suerte del reino entero, al ser éste gobernado por un guía amargado al que ya nada le satisfacía.

A consecuencia de lo anterior, se le ocurrió inventar un juego que tuviese que ver con la estrategia de la guerra, dada la habilidad de nuestro rey para la misma y llevarlo lo antes posible como un humilde presente para su monarca.

El rey se interesó mucho en lo que escuchaba del joven brahmán contado por los ayudantes que interrogaron al visitante y le mandó llamar para que le explicara de inmediato el objetivo y las características del juego.

El brahmán de nombre Sissa, le presentó un tablero de 64 casillas con dos grupos de figuras, uno blanco y otro negro, dispuestos frente a frente pero las figuras estaban colocadas simétricamente con respecto a una línea horizontal sobre la mitad del tablero, pero también simétricamente con respecto a una línea vertical que dividía al tablero en dos mitades: izquierda y derecha, con la excepción de la simetría entre la pieza representante del rey con la pieza correspondiente a la dama, a cada pieza de la izquierda correspondía otra exactamente igual del lado derecho.

-Cada jugador, comenta el joven Sissa, dispone de ocho piezas pequeñas que llamaremos peones, los cuales representan la infantería del ejercito que se dispone a avanzar sobre el enemigo.
-Para reforzar el ataque de la infantería, continua diciendo Sissa, existen las piezas mayores: los caballos y los visires (nobles y prestigiosos guerreros), la fortaleza de las paredes del reino era representada por la torres y la pieza mas poderosa es la dama, ya que representa la lealtad, abnegación y sacrificio del pueblo por su patria, sin lo cual el rey no tendría fuerza alguna.

Al cabo de algunas horas el monarca ya había entendido las reglas del juego e incluso podía ganar sus primeras partidas a los caballeros de su corte.

En una de las partidas, el brahmán le hizo la observación al rey de que, de acuerdo a la disposición de las piezas era indispensable el sacrificio de un visir (alfil), si se aspiraba al triunfo.

El brahmán le señaló la pieza que el rey Iadava había estado defendiendo a lo largo de la partida, haciéndole recordar con esto el sacrifico de su hijo, pero también cayendo en la cuenta de que éste, fue necesario para el triunfo de sus ejercitos y la supervivencia de su reino.

-Moviendo estas pequeñas figuras, comenta el monarca profundamente complacido, acabo de comprender que un rey no vale nada sin el auxilio y la dedicación de sus súbditos.

El rey quiso entonces recompensar al joven Sissa con lo que fuera: cofres llenos de joyas, oro, palacios, en fin le ofreció de cuanto disponía y el brahmán no aceptó, argumentado éste en su negativa, que se trataba de un presente para su real majestad y que no requería de más pago que la satisfacción de poderle proporcionar a éste un pasatiempo con el que alivie sus largas horas de melancolía.

Sin embargo el rey insistió en que el ingenio de la persona creadora de tan maravilloso pasatiempo debía ser recompensado y era su real deseo que el brahmán pidiese lo que fuere y la palabra del rey estaba en prenda para cumplir con lo pedido fuese lo que fuese.

-No quiero ni debo contradecir los deseos de mi rey, respondió el joven brahmán sin expresión alguna en su rostro, por lo que solicito entonces, que la recompensa sea un grano de trigo por la primera casilla, 2 por la segunda y así sucesivamente doblando la cantidad de granos por casilla hasta cubrir las 64 de las que consta el tablero, la suma de trigo en cada una casillas es lo que pido.

Todos en la corte rompieron en un estruendo de risas y carcajadas.

-No es posible que pida tal insignificancia, comentó un visir al lado del rey.
-Te conformas con unas cuantas talegas de trigo, dirigiéndose el rey al brahmán, cuando pudiste haber conseguido tierras o gobernar alguna de mis provincias.

-Haced los cálculos necesarios, señaló el rey a sus sabios calculistas, para hacer cumplir mi palabra y entregar a nuestro joven amigo exactamente lo que ha solicitado.

Al cabo de algunas horas los calculistas regresan con sus rostros rígidos denotando una profunda preocupación.

-Su alteza, habló el más sabio de los calculistas, después de haber realizado los cálculos necesarios y haberlos revisado detenidamente para evitar cualquier error, habremos de decirle que la cantidad resultante es inimaginable para el cerebro humano; por poner sólo algunos ejemplos, el trigo que habría que entregar al joven Sissa para cumplir con la palabra de su real majestad, equivaldría a una pirámide cuya base fuese la ciudad de Taligana, con la altura de 100 veces el monte Everest, es decir; la producción de trigo de todo el reino durante 200 mil años no alcanzaría para igualar el número de granos que de acuerdo a vuestra promesa pertenecen al joven Sissa.

Ante la atónita mirada del rey Iadava, el joven Sissa como buen súbdito que era, no quiso mortificarle más y le liberaba de la obligación conforme a su palabra dada.

El generoso monarca de cualquier forma nombró a Sissa com primer visir y desde entonces éste se dedicó a la enseñanza del ajedrez en el reino.